20130822

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Aparentemente, todavía hay gente que lee este – o cualquier – blog (!). No sé si sentirme orgulloso, o aterrado por la resiliencia de un archivo que podría, sin ningún problema, destruir cualquier pretensión propia de una carrera en el servicio público. No es como que necesite más evidencia incriminatoria, ¿no? Aunque, honestamente, de este blog me preocupa más mi torpe escritura. Quizás más tarde – léase: nunca – me tome la molestia de corregir algunos errores de redacción en algunas entradas.

Hay dos motivos por los cuales ya no escribo en este blog, con la salvedad de este artículo. Una: tengo Twitter, donde van a parar buena parte de mis reclamos. Para los que no lo siguen, se joden por giles. Dos: las cosas con más desarrollo que estoy escribiendo, las estoy guardando para otros fines más redituares que un blog con 3 vistas diarias, como una posible carrera como comediante, una recopilación publicada como libro, o reciclar el papel en el que estos textos están escritos y venderlo por kilo. Después de todo, hay que comer.

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