20101122

Porque tengo demasiados amigos, de todos modos

Hace poco me enteré de una bloguera, una de tantas, que decidió compartir con el mundo una de sus experiencias de vida, concerniente a las relaciones interpersonales. Normalmente no me importaría mucho - de hecho, me enteré por medios externos, por la calle, /b/, etc. - y el tema en cuestión no es ni muy polémico ni muy extraño. Y es verdad, es raro que le dedique un post a un posteo de otra persona, en otro idioma, sobre alguien que la llamó mucho (in English) - en vez de dedicárselo a la idiota que escribía sobre los mapuches, o alguno de esos tarados que creen que los fetos tienen más derecho a la vida que un ladrón o cosas así. Y la verdad es que dedico este post a este tema porque ha sido uno que ha tenido menos cobertura que los otros temas ya mencionados… y claro, porque siento que me toca un poco la queja de la bloguera en cuestión.

No, creo que nunca le he dejado 3 mensajes a alguien por teléfono. Con suerte me animo a dejar uno, con lo mucho que me desagradan los teléfonos. Pero me han pasado cosas como ésta, y no han sido ocurrencias raras.
Pareciera, empero, que es una cosa mala mostrar interés por otra persona. Y no hablo de interés en el sentido romántico - cualquier clase de interés que no sea previsto (según mucha gente, algunos cercanos a mí) es considerado desesperado, molesto y agotador. ¿Pasaba por tu casa y decidí llamar a ver si estabas? Acosador. ¿Te mandé más de dos mensajes, no necesariamente consecutivos, en MSN porque no contestabas? Hinchapelotas. ¿Mandé un mail demasiado largo? Demente. Y da igual si había una deuda a saldar de por medio, si trataba de contactarte para acordar algún panorama que había sugerido dos días atrás, o que no hubiera reportado nada en meses y estuviese en otro país. Me han tocado casos, muchos, de gente que se molesta y se forma opiniones muy desagradables de mí por este motivo.

Y está bien - alguna gente es arisca. Son cosas que pasan. A alguna gente no le caigo bien, por tantos motivos - también pasa. Pero lo chistoso de todo esto, es que cuando uno retoma eventualmente contacto, no es muy raro que lo saluden con un "¡Tanto tiempo!" - y no como expresión, clarifico. Alguna gente se molesta de verdad porque uno dejó de insistir. Me han tocado casos, pocos por suerte - al menos hasta donde sé. Luego pasa que uno se entera de lo que piensan de uno mucho tiempo después, cuando ya es demasiado tarde para enmendar el rumbo - pero esa es discusión para otro día.

Entonces, la duda es la siguiente: ¿cómo hacer? ¿Hay una tabla de la que no me informaron, que indica la cantidad de llamados que hay que depositar por unidad de tiempo, y cómo esta frecuencia se modifica de acuerdo a las (no-)respuestas recibidas? Porque no sólo a mí me ocultan esa tabla, y con esto (y tras esta larga diatriba personal) retomo el tema del posteo del blog.

Sí, 3 llamadas (y mensajes) en - asumo, no se clarifica - una noche es… bastante. Un poquito desesperado - o un poquito no saberse manejar con los tiempos del otro. A algunos nos gusta que nos respondan, y muchos no tenemos ni idea de cuánto le toma a alguien responder. Pero como la vida es hermosa, si a uno no le contestan, y uno insiste, es uno el que queda mal - no la persona que no tiene los cojones (¿ovarios?) de decir "estoy ocupado/a" o "no me interesa".

Perdón, creo que estoy sacando demasiado de cosas personales. Volvemos al blog mentado, con citas (traducidas por Vuestro Servidor):

"La ÚNICA vez que, embebida, le di mi número a un tipo, esto es lo que pasó. 3 mensajes de voz más tarde. Antes de tener la chance de llamarlo de vuelta, tenía 3 mensajes de él. A las mujeres allí afuera que han sentido nervios por culpa de un tipo al azar, estoy segura que verán cómo su entusiasmo exacerbado me resultaba incómodo. Aunque parecía un buen tipo, era enervante ver cómo esta conducta subía a un tono de mentalidad acosadora - da susto lo que hay afuera, en la calle, ¡especialmente cuando tenía entonces sólo 22 años!"

Yo me sentiría nervioso si alguien me dejase 3 mensajes diciéndome que quieren usar mi piel como abrigo o hacerme jabón. Si alguien me dejase 3 mensajes diciéndome que se mueren por acariciar mi piel y que harán todo lo posible, sin importar lo malo o criminal que sea, por lograr ese objetivo; y que qué suerte que la soga está en oferta en Easy. Y - seré sincero - no escuché los mensajes del tipo, pero no parecen ser - por lo que leí a posteriori - nada por el estilo. Son de un tipo desesperado, es todo. Una "mentalidad acosadora" es la que me llama no 3 veces en una noche, sino 90 en un mes y se compra el apartamento de en frente para mirarme mientras duermo, y es importante esclarecer las diferencias porque hay una diferencia muy grande entre mostrar un poquito más de interés del socialmente aceptable (?) y perder la razón gratuitamente por alguien. Sólo un poquito.
¿O es porque soy hombre? Porque las mujeres tienen parámetros mucho menores de lo que es un acosador, al parecer. Las mismas mujeres que ven comedias románticas y sit-coms en los que un protagonista hace cosas muy alocadas para ganarse el afecto de su dama, las mismas mujeres que (ok, no todas) se cortan un pedacito de vello púbico y se lo mandan a su amado. O, ya más en el reino de lo racional, se ponen a llorar durante semanas y engordan 20 kilos de helado porque un perdedor de cuarta las dejó o no quiere casarse con ellas*.

Lo más impactante, de todos modos, es el ego de toda esta gente. Que alguien la va a acosar, a ella justamente, por un encuentro de una noche en un bar… ¡Por favor! Las probabilidades son menos que ínfimas. Y yo sé que esto es una sorpresa, pero uno no está completamente indefenso ante la minoría de gente, estehm, "acosadora". Énfasis en las comillas.

Por lo pronto, lo que fomenta esta conducta pelotuda es que a uno no le importe. Entonces ahora, por ejemplo, un amigo - de los de verdad, no de los que creen que molesto mucho- vive a dos cuadras y no sé si verlo porque, ¿quién sabe? Yo estoy mal. Y si alguien va y te muestra el departamento donde vive, es por educación y no para que uno vaya y le toque el timbre "cuando esté(s) al pedo", citando. Porque claramente, si alguien te da su teléfono no es para que llames, y si alguien te da su MSN no es para que les hables, o - en ambos casos - para que esperes una respuesta.

Ya está. Yo tengo bastantes cosas que decirles a varios de ustedes, pero no me voy a gastar. No es como que me hablen, de todos modos. Así que nada más dense por enterados: si no han escuchado de mí en un tiempo, no esperen escuchar mucho más en el futuro.

Lo peor es que después se van a quejar. Oh, ya lo veo venir.

*Clarifico: No todas las mujeres son así, he conocido muchas que no. Pero las que son así, usualmente - no siempre, quizás - son las que se quejan porque alguien "las acosa". Histéricas.

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