20100812

What really grinds my gears

- Los tipos que comentan en Youtube sobre la gente que desaprueba cierto video. "X personas hicieron no le apuntaron al botón de 'me gusta'" podrá haber sido ingenioso las primeras 500 o 1.000 veces que lo hicieron… pero ya no. Ya basta.

- Que haya botones de 'me gusta' y 'no me gusta' en todos lados. Todos, todos, absolutamente todos lados. Son el mínimo denominador común de cualquier expresión posible, y no es necesario que cada cosa que uno diga o haga deba ser calificado de tal manera.

- La gente que exclama, a continuación de cualquier frase emitida por ellos que tenga alguna clase de doble sentido o subtexto, una suerte de "eeeeeeeehhh", como para que todos admiremos su gracia. Idiotas.

- Arjona. Me irrita profundamente. Pegaron un cartel de su nuevo disco en la esquina, sugiriendo que "las mujeres y las canciones se ven mejor con poquita ropa".
Hay muchos motivos por los que Arjona me irrita de tal modo, pero últimamente se ha sumado otro: él es de esa gente que habla de "los hombres" y "las mujeres". Donde "los hombres" tratan de conquistar a "las mujeres", donde hay toda una dicotomía entre ambos conceptos, la idea de acción/pasión y otros clichés altamente desagradables. Arjona, con su popularidad y su abuso de estos recursos, atrasa 50 años el movimiento feminista sin siquiera arquear las cejas - aunque por otro lado, cualquier idiota de sexo femenino que disfrute semejante agravio a la música no se merece nada de igualdad.

- Que los colectivos no pasen nunca, y luego lleguen tres juntos. Qué ganas de hacerlo esperar a uno al pedo. ¿O acaso se sienten solitos, manga de pelotudos?

- Que cada vez que algo haga mención a Chile, aparezca el infaltable mongólico para hacerlo notar e invitar a sus compatriotas a tomarse el lugar, para a continuación encerrarse en ese dialecto ininteligible para el resto del mundo hispanohablante, cual ghetto virtual. No estoy seguro de qué me irrita más: ese sentido de autoimportancia, como si todo el mundo debiera saber sobre la ocurrencia de Chile en el evento X y su gente, o la incapacidad más absoluta para compartir nada con el resto del mundo sin esa fachada de chauvinismo. Todo bien con estar orgulloso de su país, pero hay un límite y mucha gente lo rebasa sin pudor alguno.

- Que no pueda leer mi cuenta de me.com desde un iPod sin tener que configurar el programa de mail (tipo, si estoy usando el iPod de otro y quiero leer mi correo una única vez).

- Los mineros. O más bien, el circo que se ha armado en torno a ellos. Me tiene podrido.

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