No estoy de humor. Los que me conocen sabrán bien esto: Nunca estoy de humor. Bien sea porque me vengo levantando, bien porque no he comido, bien porque alguien en la facultad/en casa/en alguna fantasía paranoide no me toma en cuenta. En estos días, mi fuente de mal humor es mi propia incapacidad para estudiar para los muchos finales que se me vienen. El calor no ayuda, y mis propios problemas personales tampoco ayudan.
Y, desde luego, el blog no ayuda. Hasta el año que viene.
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