Bueno, tras... cuatro? semanas de no escribir en este lugar, retomo el lápiz (el teclado, en realidad) para hablar de una realidad lamentable, que por mucho que intentemos ignorar, existe y cada día con más fuerza: La televisión.
En esta oportunidad hablaré de la televisión argentina. Y, más particularmente, de Tinelli, cuyo programa me tiene las gónadas del tamaño de Marte (cada una). Por otro lado, creo que ya he cubierto este tópico, por lo que esta vez me referiré más bien al público que sintoniza esta excreción del espectro radial.
Está claro que estamos rodeados de idiotas. Por ejemplo, me parece que nadie fue capaz de captar la "sutil" ironía de mi post anterior; creo que la próxima vez voy a probar con "ESTO ES UN POST IRÓNICO: QUIERO MANIFESTAR LO CONTRARIO", un megáfono, y un par de carteles de neón. Para aquellos que probablemente todavía no entienden, explico: Para escribirlo, me basé en la ortografía que propuso don Andrés Bello, intelectual venezolano y fundador de la Universidad de Chile, por allá por el siglo XIX. No la utilicé para insinuar que Bello era un bruto (no lo era), ni aparentando ser un tarado, ni porque me faltaban teclas en el teclado (por favor...); sólo la utilicé porque es una ortografía del siglo XIX. Por eso mismo, también, manifesté una opinión a favor de una decisión, estableciendo el paralelo de que es una decisión retrógrada y que, en los tiempos que rigen, y desde que dejamos a nuestras mujeres usar bikini, votar, trabajar y caminar solas, está claramente mal. De las dos personas que se dignaron a dejar comentarios, sólo una logró descifrar el significado "escondido" de mi pequeño texto, y esa es mi madre. Por lo tanto, hay al menos un 50% de tarúpidos que necesitan volver a la sala de clases o culturizarse un poco - y digo al menos, porque no me sorprendería que otros lectores casuales ni siquiera hubieran dejado comentarios. Me sorprende que no se hayan ahogado en su propia saliva, la verdad.
"Pero Rodrigo, cómo esperas que sepamos sobre la ortografía que se le ocurrió inventar a un tipo hace siglo y medio..." No, no espero que sepan eso - tampoco se pide que sean eruditos. Pero la ortografía cambia con el tiempo, ¿Nadie acaso ha leído el Quijote? uf.
En fin. Al menos son idiotas que leen (este blog, que no es decir mucho). También hay idiotas que no leen, y prefieren gastar su tiempo libre en pasatiempos tremendamente productivos, como drogarse, reproducirse o de algún otro modo perjudicar al planeta entero. Los que ven a Tinelli no pertenecen a ninguna de las dos clases. Así como hay jerarquías de existencia o de militares, corresponde que haya una jerarquía de idiotas civiles. En el fondo de la escala está el común y corriente de la gente, que lee el diario y/o revistas, uno que otro libro, paga sus impuestos y vota, luego de analizar las opciones, por aquella que crea más conveniente. Todo un intelectual, para nuestros estándares precarizados. Luego vienen los que votan por el candidato más lindo o que habla mejor, los que conducen por la izquierda y tocan la bocina, los que entran a estudiar filosofía, los que no saben quién era Andrés Bello, los que hacen preguntas retóricas en clase, y así sucesivamente. Podemos establecer un sinfín de niveles jerárquicos, que hasta cierto punto parecieran ser casi intercambiables, salvando las diferencias.
Pero como en toda jerarquía, hay un estrato superior, compuesto de la élite, la crème de la crème, los guaripolas y líderes de la estupidez humana. Aquellos que han alcanzado el límite más exacerbado de la ignominia, e incluso aquellos que lo superan. Los que hacen una pregunta y luego alargar durante una hora la explicación, porque "no entienden". Los que votaron por Macri, e insisten en que "está bueno". En fin, el cénit de la humanidad, que se reúne todas las noches a sintonizar a Tinelli y su manga de retardados.
¿Cómo concluyo que son ellos, y no otros, los que componen la máxima expresión de la insuficiencia neuronal humana? Muy sencillo: analizando el contenido del programa de Tinelli (Bailando, Patinando, o Mostrando una Teta sin de hecho Mostrarla por un Sueño). O la falta de éste. Porque la verdad... no pasa nada. Nada de nada. Absolutamente nada. Entra Tinelli, grita un rato, entra una mina tetona y un bailarín con alguna discapacidad, bailan una coreografía insípida al ritmo de una canción relavada (y los gritos ad nauseam de Tinelli, i.e. "Bieeeen" "Bueeeeeno" "Aseguré mis cuerdas vocales por un millón de dóooooolaresss"), un grupo de tipos que en su puta vida han visto un montaje de baile les dan una nota, y enjuague y repita, cinco veces a la semana. Sólo hay un programa más posiblemente retardado, y es ese del mundo, en donde un muro empuja gente al agua. ¡Guau, lo empujó al agua! ¡Se está mojando! ¡Se le arruinó el peinado, guaaaaau! Dios mío. Dos horas de eso.
Volviendo a Tinelli... ¿Por qué? Las tipas tienen poca ropa, es verdad; pero siguen teniendo. En la Maxim aparecen sin ropa, y no veo a veinte tipos leyendo la Maxim en la sala de estar. Aparte que están todas operadas, y tienen cara de caballo. Guácala. Los bailarines... meh. Tinelli... meh. Digo, mMEEeeeehh... Sofovich... ¿Qué tiene ese viejo de especial? Es aburridísimo. Meh.
Podría ser un programa visible (digo, hay gente que ve lo del muro) si no fuera tan asquerosamente repetitivo. ¿Alguien sacó 10? Automáticamente esa música de Aleluya, que habrá sido entretenida las primeras 19846158 veces, pero ya es tan agradable como un mordisco en los huevos. Cada vez que Sofovich habla, la música de El Padrino... sí, ya entendimos el chiste. ¿Siguiente? Y así. No voy a criticar a aquellos que ven programas en donde muestran cosas nuevas, sin importar lo estúpidas o incoherentes que sean, porque es un riesgo que uno asume, bla, bla. ¿Pero Bailando...? ¿Qué va a pasar de nuevo, que Tinelli se va a atragantar con una madalena? Eso estaría buenísimo, pero ni siquiera eso hará que no me hinche las pelotas tener que escuchar al gritón ese desde cualquier punto de la Argentina.
Nada más.
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