Muerto, muerto y viviente II: El Regreso

Se ha hablado en estos días de la inminente, si no actual muerte de los blogs. Su sangre yacería en manos de Twitter, que cautiva al cada vez mayor público con déficit atencional, con su formato reducido en tamaño y, muchas veces, en contenido; y en el omnipresente Facebook, que ha suplantado todo el aspecto social que mantenía vivo a estos espacios. Se sostiene, entonces, que ya no hay nada interesante en la - si me perdonan la palabra - blogósfera. Y es cierto, en parte. Por otro lado, se está obviando algo muy importante:

Nunca hubo nada interesante en los blogs.

Es cosa de mirar la lista de agregados, esa pequeña lista que mantengo a la derecha. Todos, absolutamente todos, son amigos o parientes personales, a quienes he agregado en parte por el chantaje emocional, y en parte - muy relacionado con lo primero, al menos en el primer caso - porque las cosas que publican distan lo suficiente de la abominabilidad. Pero no porque estén escritas correctamente, van a ser per se interesantes.

Piénsenlo. ¿Cuándo fue la última vez que leyeron un reportaje interesante en un blog? ¿Una crónica exhaustiva y acertada? ¿Un cuento que, así tal y como estuviese, fuese digno de publicación? (Y no me digan que no, porque el blog es el reino del borrador y del ensayo. Por mucho que escriban bien). El "fenómeno" de los blogs estuvo sustentado exclusivamente gracias a los medios, su ocio y su falta de ganas de transmitir eventos de verdad; no existe, ni remotamente, el suficiente talento aquí como para haber sostenido tal fenómeno. Y la "muerte" de los blogs, que tanto se vaticina, no es en realidad sino lo que debió haber sido la idea de los blogs, y lo que ocurre con todas las otras ideas de internet: la masa amorfa deja de usarlo, y pasa a ser un espacio para un grupo reducido de personas que le hayan un uso. IRC dejó de ser el chat de masas, para ser el chat de grupos específicos con necesidades específicas - y no me digan si dejó de ser también, el espacio del drama y la estupidez en estado puro. Los foros dejaron de ser, igualmente, una colección de faltas ortográficas, de gramática y redacción que haría renunciar a toda la RAE y hacerlos lanzarse de un puente, para pasar a ser sitios con temas específicos, discutidos por una minoría iluminada - en su tema - que no molesta ni es molestada por nadie. Y entonces, de la misma manera, los blogs dejarán de ser este bodrio que son, o que eran, y pasarán a ser el espacio en donde algunos pocos decidimos escribir, en mi caso, pequeños ensayos/monografías de temas irrelevantes. Otros escribirán cuentos o poemas, otros contarán de su vida.

Pero habrá un factor positivo en esta "muerte": al fin, al fin nos libraremos de toda esa manga de energúmenos que tenía un blog para estar "in", que posteaba los mamotretos más irrelevantes posibles, que faenaba a la lengua castellana en beneficio propio sin el menor pudor. Yo aplaudo y espero con ansias la concreción de esta dichosa muerte, toda vez que, mientras más gente se retire de este ámbito y marche a otros lugares en donde no formo parte de nada, más espacio tendré yo para insultar gente a mis anchas, sin escuchar réplicas quejumbrosas de hipersensibilidades ajenas. Preferiría que este cúmulo de gente se ahogara y muriese, desde luego - pero en fin, peor es nada.

Espero que este post responda también el por qué de mi no-pertenencia a Facebook o Twitter. Eso, y que no quiero que la gente se entere de mi dirección.