Y, el aborto

Sí, es segundo título consecutivo que empiezo con "y,…". Porque, bueno, creo que no había tocado el tema. Y es raro, porque es un tema controversial, polémico. Y es un tema que emputece, la verdad - es raro, entonces, que no lo haya cubierto. Quizás porque me he preocupado de las Pequeñas Cosas de la Vida ©, y he dejado un poco de lado estas discuciones, architomadas.

Lo que no quiere decir que no me interesen.

Parto, entonces, diciéndolo: no soy un feminista. Si bien comparto la opinión de que las mujeres son tradicionalmente discriminadas en nuestra sociedad - más aún en estos rincones tan alejados del mundo y la intelectualidad -, si bien me parece que tienen una lucha válida y que la han tenido, me parece poco sensata la idea de equiparar a los sexos. Porque no son iguales, porque no se condice dicha equiparación con tantas otras desigualdades. Sí, es feo que a las mujeres les paguen menos dinero en el trabajo… pero los hombres tomamos menos pre/post-natal, y en una sociedad capitalista, guiada por el consumo, pues… sí, está mal. Pero no está mal porque se las discrimine por ser mujeres; está mal porque hay una perversión del valor de lo humano. Es muy distinto. Y la próxima vez que necesite cargar un saco de 50 kilos, es mucho más probable que vaya a pedírselo a un hombre, no porque una mujer no pueda, sino porque le es más fácil al hombre. Y negar eso ya roza el absurdo.

Pero me parece que el mismo criterio se aplica en el otro sentido. Si yo no me embarazo, ¿por qué debería dictar qué es lo que una mujer puede hacer con su cuerpo? Sí, me afecta - en tanto soy persona y comparto espacio con otras personas. Y se puede discutir, largamente, que existe un factor moral, una suerte de imperativo que me propugnaría actuar... ¿Pero por qué habría de hacerlo? Puedo pasarle el saco de cemento a una mujer para probar un punto, pero sería en extremo cruel. Y si lo pensamos así, que la sociedad asuma el control del cuerpo de la mujer para probar un punto, tan válido como la conservación de la vida, sigue siendo cruel. Y absurdo.

Personalmente, creo que el feto no está vivo, vivo como un ser humano. No es capaz de abastecerse por sí mismo, es completamente incapaz de ser autónomo, incluso al nivel más básico en que un bebé, un bebé recién nacido es capaz - porque un bebé recién nacido es capaz de depender de otro. Si el bebé tuviera consciencia, podría elegir depender de otro - al feto no le queda ni siquiera esa opcion. Y por eso me parece que es injusto equiparar al aborto con el asesinato - porque se obvian las evidentes diferencias que hay, entre matar a un ser humano hecho y derecho, formado y autónomo - al menos en parte -, y un ser que es prácticamente un parásito. Pero, por el gusto de discutir, aceptemos esta tesis. ¿Y qué si es un asesinato, después de todo?

Pero entonces tenemos que aceptar la tesis de que toda la vida es sagrada. Tesis difícilmente cuestionable, pero que bajo ninguna circunstancia es absoluta. Y retorno aquí a mi punto de la mujer con el saco de cemento: obligamos a la mujer a cargar una carga, para demostrar que toda la vida es sagrada. Allá la mujer si quiere hacerlo, desde luego - ¿Pero por qué es uno el que decide?

No voy a negar los argumentos de peso que hay en favor de la vida del feto. Aunque no sea un humano, bien podría ser uno. Y es un asunto traumático, este del aborto - es cosa de leer los testimonios que existen al respecto. Yo no abortaría. ¿Pero por qué no podemos escuchar los argumentos a favor? Argumentos cuestionables - que no hay plata -, argumentos bizarros - que me recuerda a fulanito -, argumentos buenos. Que no es nuestro problema, como sociedad - y no lo es, por el mismo motivo por el que no tenemos derecho a determinar con quién se acuesta fulanito - asumiendo que sea un adulto con capacidad de consentir -, por el mismo motivo por el que no podemos condenar la fe - o falta de ella - de una persona. Sí, puede parecernos horrible, desde nuestra perspectiva. Quizás hasta tengamos razón… pero Dios, ¿Qué tan arrogantes somos, como para forzar a otra persona a trastornar toda su vida, por probar un maldito punto? Eso es ser cruel, y es un pecado peor que el asesinato, en mi libro.

Hoy ando poco coherente, creo. Así que termino acá. Quizás edite. -.-